martes, 20 de septiembre de 2016

SALUDO A LA X CONFERENCIA NACIONAL DE GUERRILLEROS POR PARTE DEL COLECTIVO DE PRESOS POLÍTICOS EN LA PICOTA COLUMNA DOMINGO BIOHÓ.

Septiembre 17

CUANDO LA TRANSICIÓN DE LA LUCHA ARMADA A LA CIVILIDAD ES ANTE TODO EL REPOSICIONAMIENTO Y LA VIGENCIA DE LAS IDEAS Y METAS REVOLUCIONARIAS.

La militancia del Colectivo de Presos Políticos de Guerra de las FARC-EP en La Picota, Columna Domingo Biohó, su Dirección y cuerpo de mandos saludamos a todos y todas las delegadas, invitados e invitadas nacionales e internacionales, a los representantes de los países garantes y acompañantes del proceso de paz, así como a los y las periodistas acreditadas; asistentes todos y todas a la X Conferencia Nacional Guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, que además de ser nuestra máxima instancia democrática de decisión y conducción  interna, constituye en este momento histórico de la nación entera un acontecimiento político de la mayor significación, tanto por corresponderle la tarea de la refrendación del Acuerdo Final de Paz de La Habana, Cuba, por parte de toda la militancia guerrillera, miliciana bolivariana, del Partido Comunista Clandestino Colombiano, del Movimiento Bolivariano y bases de apoyo a lo largo y ancho del país. Como también por tener la tarea de ajustar el Programa revolucionario a los tiempos de acción y movilización política en los marcos de la Ley y de la civilidad que se avienen, y su consecuente reajuste organizativo para retornar desde la estructura de ejército insurgente a la de movimiento político legal.

Saludo extensivo a todos y todas las colombianas, sus partidos políticos, organizaciones sociales y movimientos juveniles, estudiantiles, cívicos, populares y comunales;  sindicales, campesinos, agrarios, gremiales, étnicos, de género y diversidad sexual e identitaria; ambientalistas, ecologistas, animalistas, solidarias, defensoras de los DDHH y de Víctimas; y en fin, a todas las expresiones organizativas, de reivindicación y de lucha que sin duda convergen mayoritariamente en torno al anhelo, la decisión y la voluntad de construir colectiva y mancomunadamente una Nueva Colombia en Paz con justicia social en torno al cumplimiento y la implementación de los Acuerdos de Paz de La Habana, como vía para superar más de medio siglo de guerra fratricida, sufrimiento y dolor.

De allí que debamos expresar aquí nuestro reconocimiento especial a todos y todas las integrantes de la Delegación de Paz de las FARC-EP en la Mesa de Diálogos de La Habana, Cuba, por la extraordinaria y trascendental labor que llevaron a cabo con la mayor disciplina, responsabilidad, voluntad de hierro, firmeza política e ideológica a toda prueba, lealtad a los intereses de los humildes y desposeídos de Colombia, lealtad a la memoria de todos y todas las mártires civiles del movimiento social caídos durante décadas de guerra sucia, y a todos los héroes y todas las heroínas de la insurgencia caídas durante la larga confrontación militar; la grandeza de la tarea que cumplieron en estos casi cuatro años de Conversaciones y Acuerdos así como el parte de victoria que alcanzaron trayéndonos a buen puerto, nos deja la tranquilidad y la satisfacción de saber que el sacrificio de todas y todos ellos no fue en vano, y que por el contrario su aporte se cristaliza hoy en el nacimiento de un escenario cualitativamente distinto para el avance de las luchas populares.

La X Conferencia Nacional Guerrillera de las FARC-EP es pues, junto al recientemente concluido proceso de Diálogos de Paz en la Mesa de Conversaciones de La Habana, y junto al próximo encuentro de ciudadanas y ciudadanos que de seguro asistirán en torrentes a las urnas para votar el Acuerdo final; una de las piedras angulares de la era en que dirimiremos nuestros conflictos de manera racional, pacífica, dialogada, concertada; dejando atrás los tiempos aciagos de la violencia política y del terror como forma predominante del ejercicio del poder y defensa del estatus quo.

Particularmente, para todas y todos los combatientes insurgentes que hicimos frente al fragor de la guerra cubriendo un puesto en la línea de fuego, donde vimos caer muertos, heridos y mutilados a nuestras y nuestros camaradas, o que caímos en manos enemigas resistiendo y sobreviviendo a las penalidades de la prisión política y que hicimos de la cárcel otra trinchera de lucha contra el sistema; que resistimos años de dura confrontación militar con un oponente superior en número y recursos, con apoyo y asesoría extranjera, preparado como ningún otro y fogueado por décadas en la batalla contra un ejército de revolucionario heroico y valiente, disciplinado y consciente como el que compusimos los pobres y humildes de Colombia. En fin, para todas y todos los combatientes de las FARC-EP, hijas e hijos de Jacobo, Manuel y el pequeño pero gigantesco contingente de Marquetalianos, esta Conferencia representa un punto de quiebre histórico tal vez equiparable al que tuvo la Primera Conferencia fundacional, con la cual se transitó en 1964 del movimiento agrario al movimiento alzado en armas, pero esta vez, luego de 52 largos y penosos años, para volver a los cauces de la acción civilizada y pacífica como formas únicas y fundamentales de lucha y transformación política de nuestras realidades.

Punto que marca un giro histórico trascendental para las bases que siempre nos apoyaron y para las amplísimas franjas de la sociedad que creyeron y confiaron sus esperanzas en nosotros, en nuestra organización, sus hombres y mujeres, en sus armas, su programa político y plan estratégico, en la grandeza de su Dirección y en las destrezas de líder del Gran Mariscal de la Guerra de Guerrillas, nuestro inmortal Manuel Marulanda Vélez. Y sobre todo para los miles y miles de personas que llevaron sobre sus espaldas la tragedia y el horror de la miseria, la pobreza, el despojo  y la explotación de las que se alimentó sin cesar el conflicto, para beneficio de unas élites nacionales y extranjeras que llenaron sin escrúpulos sus arcas.
Para todas y todos ellos éste proceso de diálogos y este Acuerdo Final, así como lo que definamos en ésta Conferencia, era un sueño y más aún una necesidad estratégica porque la cuota más grande de sangre y sufrimiento la pagamos todas y todos nosotros con creces. Por ello la transición de la lucha armada a la civilidad es ante todo el reposicionamiento y la vigencia de las ideas y metas revolucionarias que abraza el pueblo colombiano para su propio resarcimiento y  dignificación.

Las Banderas de la Paz son las del que hacer de un pueblo rebelde, insumiso, insurgente, trabajador, abnegado, indoblegable e incansable dispuesto a organizarse y movilizarse por la construcción, reconciliación y transformación profunda de su historia y de su forma de vida con base en la justicia social, la democracia ampliada y la derrota civil de los señores de la guerra que aún hoy amenazan con dar al traste este momento de amplísimo clamor nacional exigiendo el silencio de los fusiles.

Desde la prisión, los militantes de la Columna Domingo Biohó en nombre de las y los presos políticos del país, y de las y los presos de toda índole en Colombia que soportan la crisis social y humanitaria del sistema carcelario colombiano, celebramos su presencia en la X Conferencia Nacional Guerrillera y confiamos en que estarán a la altura de las responsabilidades con el presente y futuro del pueblo colombiano que su participación en semejante espacio conlleva.

Finalmente, confiamos en que nuestras y nuestros delegados de las prisioneras y prisioneros políticos sabrán representarnos bien y llevar el sentir y las voces de quienes hemos aportado nuestro grano de arena a la lucha y la resistencia popular desde las reclusiones, cárceles y penitenciarías del país, e incluso desde las prisiones en el extranjero que como Sonia y Simón Trinidad, dan las más heroicas muestras de firmeza ante el imperio. 

COLECTIVO DE DE PRESOS POLÍTICOS DE GUERRA DE LAS FARC-EP EN EL PATIO 4º DE LA PICOTA.
COLUMNA DOMINGO BIOHÓ.
BOGOTÁ, D.C.
016.

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